Visita de los Monjes Shaolin a Chile en 2016.
Qigong es una antigua práctica de China que elimina los bloqueos energéticos del cuerpo, dejando que la energía fluya equilibradamente, restaurando el estado natural de armonía y bienestar.
Qi o "chi" significa energía vital o fuerza vital que nos mantiene vivos y "gong" significa cultivar.
Trabajamos con el Método Zhineng Qigong, Sabiduría Sanadora.
Zhineng (“zhi” = sabiduría, “neng” = habilidad o talento) significa la capacidad que tenemos para despertar la sabiduría interna de modo a transformarnos en nuestros propios sanadores.
Las prácticas de Zhineng Qigong generan un espacio de descanso del cotidiano, un regalo que nos damos a nosotros mismos de volver a nuestra casa, nuestro cuerpo, a reconectarnos con nuestra fuerza interior para cultivar y restablecer el equilibrio y la vitalidad.
Zhineng Qigong se conoce como una meditación en movimiento, con movimientos lentos, suaves y conscientes. Estos movimientos nos invitan a conectarnos con un espectro más amplio de energía disponible tanto externa como internamente, reservando y recargando así nuestra energía. Las formas de Qigong también incluyen prácticas de integración, meditación sentado o de pié y sanación con sonidos.
Estas son algunas de las modalidades de prácticas que ofrecemos:
Practica preliminar de movimientos del cuerpo físico y del cuerpo energético para despertar la vitalidad y aumentar la energia. Esta práctica despierta tu totalidad energética y cultiva el flujo libre de energía;
Práctica de sonidos que hacen vibrar los órganos internos, purificándolos en las dimensiones física, emocional y espiritual. Esta práctica activa, libera y transforma emociones reprimidas.
Dentro de cada práctica, repetimos los movimientos una y otra vez, permitiéndote ir más y más profundo, continuamente llevándote más profundo.
Este nivel más profundo de práctica es el resultado directo de la conexión de tu mente con tu cuerpo y la conexión con la energía. Requiere práctica y repetición. Es un proceso gradual que comienza aprendiendo los patrones y abriendo el cuerpo con los movimientos físicos. Cuando profundizas y te vuelves más relajado, la práctica se vuelve menos física y más energética.